Máster en Gestión de la Prevención de Riesgos Laborales, Calidad y Medio Ambiente

lunes, 3 de marzo de 2008

EL NUEVO MÁSTER OFICIAL EN PRL

Dejo aquí este editorial de la Revista ERGA FP, que publica el INSHT, en el que se habla del Máster que algunos de los que por aquí se pasan (yo incluida) han cursado.

"El "máster oficial" de Prevención de Riesgos Laborales

Últimamente estamos hallando numerosos artículos, trabajos, anuncios, etc. que manifiestan el deseado aumento de la “profesionalidad” del prevencionista a partir de la existencia de la “carrera” de Prevención de Riesgos Laborales. Cuando hablamos de carrera de prevencionista nos referimos, actualmente, al recién “máster oficial” de Prevención de Riesgos Laborales que, a partir del célebre “proceso de Bolonia” unifica las enseñanzas europeas en currículos y titulaciones paralelas para todos los países de la UE para facilitar la movilidad profesional. Esta uniformidad de competencias deriva del denominado Espacio Europeo de Enseñanza Universitaria y supone el intento, como decimos, de disponer en el mercado profesional de titulados formados en similares competencias en países diversos.

En este momento, la “vorágine universitaria” ha creado un número ya considerable de másteres oficiales (cursos de post-grado, antiguos segundos ciclos o “licenciaturas”) en PRL más pensados, lamentablemente, para llenar aulas que para aumentar la profesionalidad de los alumnos. Desgraciadamente, la universidad requiere “clientes” que llenen las aulas para seguir argumentando que suponen los espacios mejor cualificados de impartición del conocimiento. Probablemente sea cierto, pero….la realidad nos dice que la formación universitaria atraviesa un mal momento, que los alumnos no se sienten especialmente motivados por una enseñanza poco práctica, excesivamente (aún) memorística, con una incierta implantación en el mundo laboral y carente de materias demandadas por la realidad empresarial para los futuros mandos (habilidades directivas, de comunicación, de dinámica de grupos, de capacidad motivadora, de gestión y organización, etc.).

La vorágine universitaria es capaz de llenar el mercado de títulos de post-grado sin haber constatado de una manera racional y competente las exigencias de la sociedad (y eso teniendo en cuenta que en la nueva definición de las nuevas carreras es determinante el informe de las Comunidades Autónomas, lo cual supondría una aproximación mucho más clara a las necesidades particulares de cada geografía). Las nuevas carreras se establecen, como siempre en nuestra cultura, de manera individualista y precipitada. Las universidades se han lanzado a la competición de crear la misma carrera sin detenerse en intentar unificar ningún tipo de criterio. Es curioso que un “proceso” (Bolonia), creado para unificar competencias haya podido generar un mecanismo individualista en el cual veinte universidades promuevan la misma carrera sin disponer de unas bases comunes (especialmente en el caso del máster en PRL que no dispone de una troncalidad fija determinada por el Ministerio de Educación y Ciencia). Que nosotros sepamos, no ha existido ningún encuentro que nos permita garantizar que lo que se cuenta en un sitio, por hablar en “román paladino”, sea similar a lo que se cuenta en otro o que las exigencias de evaluación sean semejantes o que el nivel de experiencia exigido a lo largo de los estudios sea el mismo o, incluso, que los “grados” de base sobre los que se sustenta la nueva carrera sean comunes.

Cierto es que, más o menos (no hay mal que por bien no venga y no deja de ser curiosa la utilidad de algo que ha sido tan criticado), las universidades han desempolvado el Anexo VI que habían dejado de impartir por falta de alumnos para remitirse a él en el diseño curricular de la nueva carrera. Más vale así. Por lo menos el famoso (y triste) Anexo VI habrá servido para uniformar en lo que cabe (después de haber hecho los destrozos cognitivos que ha hecho en muchos casos) los currículos de las universidades implicadas en la nueva carrera.

¿Mejorará la nueva situación universitaria la profesionalidad del prevencionista? La misma pregunta nos hicimos cuando el Anexo V fue sustituido por la carrera de Formación Profesional Específica de grado superior (Técnico Superior en Prevención de Riesgos Profesionales). Probablemente… la pregunta nos la seguimos haciendo, si bien en el caso de la FP la modificación fue más contundente (se pasó de un “cursito” de una pobreza exagerada y de una demanda de conocimientos previos inexistente a un amplio currículo con un aumento muy notable de horas lectivas y exigencias de prácticas, así como la necesidad de provenir de la formación del bachillerato). De una manera u otra, el paso del provisional Anexo V a la FP reglada fue mucho más claro (atendiendo, además, que en este caso sí existió una norma clara por parte del MEC y, después, de las CCAA estableciendo un currículo unificado para todos los IES que impartieran la carrera). ¿Responde esto la pregunta? No, por supuesto. La profesionalidad nace de la adecuación de los conocimientos y las prácticas a la realidad y de la motivación de los estudiantes y profesores hacia los estudios. Nace también de un mercado exigente con los profesionales, adecuadamente retributivo, enmarcado dentro de unos parámetros de necesidad social reconocidos y en permanente innovación y estudio.

¿La universidad proporcionará esto a los futuros másteres oficiales? Esperemos que sí, a pesar de lo dicho. En todo caso, es bueno que “subamos” el nivel académico de los prevencionistas, siempre que ello no quiera decir que subimos sólo en nivel de “titulitos”.

De todas maneras, y desde la óptica del INSHT, seguimos considerando que una buena “puesta en común” antes de iniciar la andadura hubiera estado muy bien. Pero ya se sabe…en este país se sigue pensando que cada mochuelo debe quedarse en su olivo, que inventen ellos y que peor para el último."

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